Mantener los pies calientes y sin hormigueo es esencial para el bienestar diario. Muchas personas experimentan pies fríos o un ligero hormigueo en los pies al final de la jornada, sin darles gran importancia. Sin embargo, cuando estas molestias se vuelven constantes, conviene investigar su origen para descartar una mala circulación en las piernas u otros trastornos que puedan comprometer la salud de las extremidades.

Principales motivos de pies fríos
Los pies pueden enfriarse debido a la temperatura ambiente, pero también por factores internos:
- Problemas circulatorios: Cuando las arterias no llevan suficiente sangre a las extremidades, se percibe frío más intensamente.
- Estrés y ansiedad: El estrés prolongado provoca vasoconstricción en manos y pies, generando sensación de enfriamiento.
- Uso de calzado inadecuado: Zapatos muy ajustados impiden la correcta circulación y facilitan la pérdida de calor.
- Hipotiroidismo: Un metabolismo más lento impacta la regulación de la temperatura corporal y acentúa la sensación de frío.
Unos pies fríos de forma esporádica no siempre indican patología grave, pero si se repiten con frecuencia, merece la pena consultar al especialista.
¿Cómo detectar la mala circulación en las piernas?
La mala circulación piernas puede manifestarse con:
- Hinchazón en tobillos y pies
- Varices o arañas vasculares visibles
- Cansancio o pesadez después de caminar distancias cortas
- Hormigueos ocasionales e incluso cambios de coloración en la piel
Cuando surgen estos síntomas, es recomendable realizar una evaluación vascular para confirmar el diagnóstico y establecer el mejor tratamiento. La detección temprana evita complicaciones, como la formación de coágulos o úlceras de difícil cicatrización.
Hormigueo en los pies y su relación con los nervios
El hormigueo en los pies puede aparecer por posiciones mantenidas (cruzar las piernas demasiado tiempo), pero también por daño en los nervios periféricos. Este tipo de afección, conocida como neuropatía, suele producir sensación de pinchazos, entumecimiento e incluso ardor. Cuando el hormigueo se acompaña de dolor, pérdida de sensibilidad o debilidad muscular, conviene descartar trastornos crónicos como la diabetes, ya que un nivel alto de glucosa daña los nervios.
Causas comunes de neuropatía periférica
La neuropatía periférica no solo surge en quienes padecen diabetes. Existen otros detonantes:
- Deficiencias vitamínicas (B12, ácido fólico): La falta de nutrientes esenciales debilita las vainas nerviosas.
- Alcoholismo crónico: Tóxico para los nervios periféricos y factor que contribuye a la pérdida de sensibilidad.
- Trastornos autoinmunes: Enfermedades como el lupus pueden desencadenar neuropatías.
- Factores hereditarios: Algunas neuropatías se transmiten genéticamente y se manifiestan en la adultez.

Señales de alerta en pies y piernas
Varios síntomas pueden indicar que algo no marcha bien, tanto a nivel circulatorio como nervioso:
- Dolor o adormecimiento constante
- Cambios drásticos en la coloración de la piel (azulada, rojiza o pálida)
- Aparición de heridas o úlceras que no cicatrizan
- Sensación de calambres o pinchazos repetidos
- Dificultad para mantener el equilibrio o caminar con normalidad
No es recomendable pasar por alto estas señales, ya que, sin tratamiento, podrían derivar en complicaciones mayores.
Mala circulación o neuropatía: cómo diferenciarlas
En ocasiones, distinguir entre la mala circulación en las piernas y los problemas de origen nervioso no es sencillo. Algunas pautas orientativas:
- El frío constante y la coloración alterada suelen apuntar a una condición circulatoria.
- El ardor, la pérdida de sensibilidad o los pinchazos intensos se vinculan más con la neuropatía.
- El dolor que mejora al descansar y empeora con la actividad sugiere un problema vascular.
- El hormigueo persistente, incluso en reposo, podría indicar un daño neurológico.
Cuidados básicos para mejorar la circulación
Incorporar hábitos saludables puede marcar la diferencia en la salud de los pies:
- Ejercicio regular: Caminar, nadar o montar en bicicleta favorece el flujo sanguíneo y fortalece la musculatura.
- Hidratación adecuada: Beber suficiente agua ayuda a la circulación y evita la retención de líquidos.
- Evitar el tabaco: Fumar reduce el diámetro de los vasos sanguíneos e incrementa el riesgo de enfermedades vasculares.
- Elevar las piernas al descansar: Al recostarse, colocar un cojín bajo los pies o apoyarlos en la pared promueve el retorno venoso.
Recomendaciones especiales para la neuropatía
En caso de neuropatía periférica, es crucial prevenir lesiones en los pies, ya que la disminución de sensibilidad puede provocar heridas inadvertidas:
- Revisar los pies a diario, buscando grietas o ampollas
- Usar calcetines y calzado que no compriman los dedos
- Proteger la piel con cremas hidratantes y secar bien después del baño
- Realizar masajes suaves para estimular la circulación y relajar la musculatura
- Consultar regularmente con un podólogo para un cuidado profesional
Cuándo acudir al especialista
Cuando el hormigueo en los pies y los pies fríos persisten pese a los cuidados, o si aparecen dolores repentinos y úlceras, es momento de buscar asesoramiento médico. Un examen completo descarta complicaciones graves y orienta hacia tratamientos efectivos. En Akiles Podología i Salut se puede encontrar atención especializada para identificar el origen exacto del problema y abordar cada caso de forma personalizada.
