Introducción rápida: Si alguna vez has sentido un pinchazo o una descarga eléctrica en el antepié al caminar, este texto te explicará de forma clara y cercana qué es ese dolor y por qué ocurre.
¿Qué es el Neuroma de Morton?
Neuroma de Morton es el nombre que recibe una irritación o engrosamiento del tejido alrededor de un nervio en la zona del antepié, normalmente entre el tercer y cuarto dedo. Aunque la palabra neuroma suene alarmante, no siempre implica un tumor; más bien describe una reacción inflamatoria y fibrosa del nervio que provoca sensaciones intensas como hormigueo, ardor o el característico «pinchazo eléctrico».
Cómo se siente (síntomas comunes)
- Dolor agudo: sensación punzante que aparece al cargar peso.
- Hormigueo o adormecimiento: en los dedos cercanos al área afectada.
- Molestia al calzar: zapatos ajustados o tacones pueden empeorar las molestias.
En términos de neuroma morton sintomas, muchas personas describen el dolor como si un pequeño objeto estuviera dentro del zapato bajo la planta.
Por qué se produce: causas y factores de riesgo
El origen suele ser multifactorial. Las causas habituales incluyen:
- Presión repetida: actividades que comprimen el antepié (correr, bailar).
- Calzado inadecuado: tacones altos o zapatos estrechos comprimen los metatarsianos.
- Alteraciones mecánicas del pie: pies planos o con arcos altos que cambian la distribución de cargas.
También contribuyen factores individuales: la anatomía del pie, la genética en la estructura ósea y la sensibilidad nerviosa.
Diagnóstico: qué esperar en la consulta
El diagnóstico suele comenzar por una historia clínica detallada y un examen físico centrado en la reproducción del dolor. El profesional busca signos claros: dolor a la palpación entre los metatarsianos, test de compresión metatarsal y evaluación de la marcha.
Pruebas complementarias
Aunque no siempre son necesarias, pueden solicitarse:
- Ecografía: útil para visualizar el engrosamiento del nervio.
- Resonancia magnética (RM): en casos complejos para descartar otras lesiones.
Si buscas, a menudo aparecen resultados visuales en internet bajo términos como neuroma de morton fotos, pero recuerda que cada pie es diferente y la apariencia no siempre refleja la intensidad del dolor.
Tratamientos: desde lo conservador hasta lo quirúrgico
El abordaje terapéutico se suele plantear de forma escalonada: comenzar con medidas conservadoras y, si éstas no funcionan, valorar otras opciones.
Medidas conservadoras
- Calzado adecuado: usar zapatos de punta ancha y evitar tacones altos reduce la presión sobre el neuroma.
- Plantillas y ortesis: corrigen la mecánica del pie y redistribuyen las cargas.
- Fisioterapia: técnicas de movilización, estiramientos y fortalecimiento del pie.
- Infiltraciones: corticoides o anestésicos para reducir la inflamación y el dolor temporalmente.
Opciones intervencionistas y cirugía
Si persiste el dolor a pesar de tratamientos conservadores, el especialista puede proponer procedimientos más invasivos:
- Infiltración guiada por ecografía o terapias regenerativas en centros especializados.
- Descompresión quirúrgica o resección del neuroma en casos resistentes.
La decisión depende de la duración de los síntomas, la funcionalidad del paciente y la respuesta previa a tratamientos. En términos de neuroma de morton tratamiento, muchos mejoran con medidas no quirúrgicas si se actúa temprano.
Prevención práctica: consejos sencillos para el día a día
Algunas acciones cotidianas pueden reducir el riesgo o aliviar síntomas leves:
- Elegir calzado cómodo: suela con amortiguación y puntera ancha.
- Evitar actividades de alto impacto sin adaptación o sin calzado apropiado.
- Realizar pausas y estiramientos si trabajas de pie muchas horas.
Casos reales: un ejemplo para entender mejor
María es una clienta de 54 años que trabaja en hostelería. Tras meses con dolor en el antepié que describía como «pequeñas descargas eléctricas» al final de la jornada, acudió a consulta. Le habían dicho que era por el calzado, pero no tenía claro qué hacer. Tras una evaluación y una breve prueba con plantillas y ejercicios, sus síntomas mejoraron notablemente en cuatro semanas. Aprendió a identificar qué zapatos le sentaban mal y a usar plantillas mientras trabajaba. Este ejemplo muestra que, con medidas sencillas y seguimiento, es posible recuperar la calidad de vida sin necesidad de cirugía en muchos casos.
Cómo elegir a un profesional y cuándo acudir
Si el dolor interfiere con tu actividad diaria o persiste más de unas semanas, es importante consultar. Busca un podólogo o traumatólogo con experiencia en patología del antepié. En muchos barrios existen clínicas especializadas donde te ofrecen diagnóstico y tratamiento personalizado. Si quieres una primera orientación cercana, aquí tienes una opción local donde te atienden con enfoque podológico y humano: podología Sant Gervasi.
Mitos y verdades
A continuación aclaramos algunas creencias frecuentes:
- Mito: «Siempre se necesita operación.»
Verdad: Muchos casos mejoran con medidas conservadoras. - Mito: «Si no hay bulto, no hay problema.»
Verdad: El neuroma puede ser doloroso sin formar una masa visible. - Mito: «Solo afecta a personas mayores.»
Verdad: Puede aparecer a cualquier edad, especialmente en quienes usan calzado inadecuado o realizan actividades repetitivas.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿El neuroma de Morton es lo mismo que la artritis?
No. La artritis afecta a las articulaciones; el neuroma es una afección del tejido nervioso entre los metatarsianos.
¿Colocarme plantillas es suficiente?
En muchos casos, las plantillas y cambios de calzado alivian significativamente el dolor, pero cada persona necesita una evaluación individual.
¿Hay ejercicios recomendados?
Sí: estiramientos de la fascia plantar, fortalecimiento del intrínseco del pie y ejercicios para mejorar la movilidad metatarsofalángica. Un profesional podrá diseñar un plan adaptado.
Resumen práctico: cómo actuar hoy mismo
Si sientes el pinchazo eléctrico en el antepié:
- Prueba un calzado más ancho y con buena amortiguación.
- Evita tacones y reduce actividades de alto impacto temporalmente.
- Consulta con un podólogo para valorar plantillas personalizadas y ejercicios.
Actuar pronto suele ofrecer mejores resultados a medio plazo. Si buscas una valoración profesional y cercana, considera acudir a servicios locales donde te ofrecerán un plan concreto y seguimiento.